R. Anestesia

Del lat. cient. anaesthesia, y este del gr. ἀναισθησία anaisthēsía ‘insensibilidad’.

1. f. Pérdida temporal de las sensaciones de tacto y dolor producida porun medicamento.

2. f. Acción y efecto de anestesiar.

 

3. f. Sustancia anestésica. U. t. en sent. fig.

Es difícil asumir y darte cuenta de que prácticamente la mayoría de las cosas que he hecho y he estado haciendo no son más que medicamentos que me producen efectos anestesiantes: mis relaciones, ya sean de «amor» o de cualquier otro tipo, mi trabajo, las drogas (obviamente). He convertido todo en meros pasatiempos con un toque de falso brillo temporal.

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«R». ¿Por qué?

Una larga temporada ha pasado desde que escribimos por última vez, y una todavía más larga desde que comenzamos a escribir este blog.

Tiempo en el cuál muchas cosas de las que nos han pasado no han quedado escritas, ni quedarán (al menos en mi caso), porque ha sido una temporada de reflexión serena, bastante más interna que la primera explosión inicial llena de descubrimientos que me quemaban por dentro y sentía el deber de exhibirlos.

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«T». Número 11: No olvides el humor, rubia

Veamos, acabo de leer este texto humorístico:

«Esperar a que la noche llegue a su fin se me hace cada vez más duro. Ayer experimenté la incómoda sensación de que unos cuantos hombres intentaban irrumpir en mi cuarto para lavarme la cabeza. Pero ¿por qué? (…) Cuando por fin logré dormirme, volví a padecer ese horrible sueño en el que una ardilla trata de cobrarme como premio de una rifa. Desesperanza».

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«R». Tiempo de Experimentar

En EdC0 hemos hablado de lo importante de cambiar la actitud. Créelo, porque es cierto: si tú cambias, todo cambia. Si haces el esfuerzo de comportarte de la manera en la piensas que realmente te gustaría, visualizarte siendo tu SER evolucionado (pokemon nivel 2 o 3) harás que poco a poco ese comportamiento persista y dejarás de poner esfuerzo en ese cambio, y te habrás acercado algo más a aquello que anhelas, que no es más que acercarte a tu SER.

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«T». Número 10: El Plan (IV)

Hoy el sol ha vestido las fachadas de la ciudad con una gasa tibia, anaranjada.
Y aunque hemos llegado al otoño, parece el principio de la primavera. Supongo que es cuestión de mentalidad. En el edificio de enfrente, las ventanas están abiertas. La gente aparece y desaparece. Muestra su vaivén y un pedazo de vida, a cambio del aire y el sol.
En esa rutina controlada que no hay miedo a esconder, encontramos, por ejemplo, a Señorita Delicada —y su coleta rubia, con forma de pincel lustrado—, que ahora teclea en su portátil; que hace una pausa para tomar en sus manos una taza de té. Sigue leyendo ««T». Número 10: El Plan (IV)»

«T». Número 8: El Plan (II)

Ahora ya es de madrugada. No debería haber tomado ese café. Sin embargo, ya que no voy a dormir mucho, intentaré aprovechar la noche. Aunque esté solo. ¡Qué demonios, me encanta vivir de noche!

En realidad, me desenvuelvo bien a estas horas. Y mientras rondo por la casa como si ésta fuera un baluarte de un mundo deshabitado, ojeo libros, o escucho música. También imagino historias; o busco botellas que aún contengan algo de licor (después de la última e idéntica búsqueda); hago planes activos para el presente y el futuro y, ¿por qué no decirlo?, a veces recibo visita de fantasmas del pasado. Sigue leyendo ««T». Número 8: El Plan (II)»

«R». Fallar no es la Derrota

Ayer escribí un post un poco amargo e inusualmente corto. Al final quise darle un poco de emoción, con más ganas que efecto, pero sí, en fin, estaba hecho unas mierda. En el puto pozo. Otra vez. Para colmo me había echado un peta y no estaba precisamente de ji-ji ja-ja… Por unas horas pensaba haber vuelto al mismo agujero en el que me encontraba meses atrás y del que estoy luchando por salir.

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«T». Número 7: El Plan

Han pasado unos días desde que salí con «P». La noche fue normal. Agradable. Pero no vivo un momento en el que sienta que así deben ser las noches.
Esto lo pensaba también entonces, mientras caminábamos por grandes avenidas —salpicadas de pubs, restaurantes, de teatros y cines— o por algún barrio pequeño (con sus bares, escondidos y peculiares). Hablábamos («P» tiene buena conversación) y, desde luego, nos emborrachamos («P» también tiene buen beber). Pero de alguna forma, me sentía alejado de allí, de los locales a los que entrábamos, de las calles y plazas llenas de gente. Sigue leyendo ««T». Número 7: El Plan»