Estoy cabreado. Hoy no hay fotos, ni imágenes, sólo texto.
Gracias por la charla de ayer «T». Hemos, nuevamente y a tiempo, retomado el rumbo.
Durante estos meses que no hemos escrito, hemos tenido mucho de perder el tiempo, de inyectarnos anestesias, de olvidarnos del propósito de este viaje y poco de trabajar para nosotros. No hay que mirar más hacia otro lado. No hay ningún otro viaje: nuestro viaje es este, y aquí es donde se encuentra nuestra vida real y donde tenemos que estar.
No busques (me lo digo a mí) salidas. No busques nuevamente una puerta de atrás a la que lanzarte esperando encontrar un ese cuerpo caliente caliente al cual decepcionar pasados unos meses; y más importante aún, no lo hagas, porque sabes que al final a quién decepcionarás es a ti mismo y sabes lo difícil que es, siquiera, intentar recuperarse de eso.
Estos meses han significado dar un espaldarazo completo a esa persona nueva que estaba pidiendo paso, y a la cuál no le hemos dado espacio. Nos hemos dejado llevar nuevamente por la desidia y casi nos hace equivocarnos.
Afortunadamente tenemos esto. Tenemos este puto blog Empezando de Cero, que es 100% nuestro. Muy nuestro. Tenemos todos los escritos pasados que reflejan el movimiento, las causas, los principios, las verdades. No nos hemos podido escapar esta vez: ni lo vamos a hacer.
Es hora de coger nuevo impulso, pero no para dar un salto de gigante hacia ninguna parte donde esperar encontrar consuelo sin dar nada a cambio. Hemos sido nuevamente holgazanes y eso ya no nos lo podemos permitir: porque venimos de ahí.
Es tiempo de aguantar y de luchar; de investigar y de probar, como hace todo el mundo en la puta vida, de tomar decisiones y de actuar. Actuar. Ese verbo que siempre salía en nuestros escritos y que casi hemos olvidado.
—No.
Toda la parrafada triste y acabada que dije en anestesia es una patraña. Es el reflejo de estar caído, sin fuerza. Tenemos que levantar la cara, por nosotros mismos, porque no habrá nadie más que mire por ella. Aceptar la responsabilidad de vivir y joderse cuando no te gusta lo ves.
No estamos mal y hemos avanzado mucho. Hace tiempo me hubiera abalanzado ya hacia el precipicio desconocido, ese que te da la licencia de ser alguien supuestamente (re)inventado durante algún tiempo, hasta dártelas de bruces en la oscuridad y ver tu cara reflejada en un océano sin olas, con tu dura realidad: la de seguir vacío.
No hay remedios fáciles, a nada. Por la razón que sea nosotros no estamos bien sin movimiento, no podemos estar simplemente sentados viendo las cosas venir, eso hay que aceptarlo y ponerlo como una vela a nuestro favor. Y sabemos cuál es el enemigo: la desgana, la desilusión y la desidia.
No creo que vayamos nunca a poder estar en ese equilibrio buscado hasta que no nos esforcemos, hasta no llenemos ese vacío a base de esfuerzo. Tenemos que buscar activamente esa meta, porque nosotros no sabemos vivir sin metas, por mucho que nuestro yo holgazán se empeñe en ponerte ese dulce traicionero en la boca.
Estar sin producir, sin comernos el tarro, sin investigar, sin crear, nos aliena y nos perjudica en lo más profundo.
Por eso hay que firmar nuevamente un propósito renovado de esfuerzo, de quitarnos de chorradas, de volver a buscar y de mantenernos activos. Actuar nuevamente.
—
Después de toda esta reprobación, tengo que decir que me alegro de haber emprendido esta aventura juntos, amigo y compañero de viaje «T», porque somos más fuertes y ambos tenemos una intuición muy parecida; sabíamos que nos estábamos perdiendo nuevamente y sabíamos que teníamos que corregir el camino.
No vamos a ir a ninguna parte hasta que llenemos nuestra alma y estemos de alguna manera satisfechos con nosotros, satisfechos de verdad, habiendo podido alcanzar siquiera alguno de nuestros bonitos propósitos.
No es tiempo de esquivar. Es tiempo de aguantar y de por una vez en nuestra vida, luchar por nosotros.
Un abrazo – R